Artista autodidacta, João Bosco inició su relación con el arte todavía un niño en Redenção da Serra. Ya gustaba de los trazos y  las  líneas que llamaron su atención más que los otros contenidos de la  escuela. En casa, el medio ambiente también proporcionó esto, los hermanos mayores se dedicaban al teatro, al coro y al padre era un artista culinario que atraía a muchos a probar su panes, pasteles ... Su contacto con las artes plásticas tuvo lugar de las visitas de su madre a la madre del artista Justino. La atracción por pinturas lo llevaron al estudio del artista que lo recibió y mientras producía João  absorbió esa atmósfera. Su "primera formación" está ahí, en su período de SP y RJ fue construyendo una galería de personajes, al mismo tiempo, comenzó a desarrollar su arqueología personal, una búsqueda de los objetos de su redención de su mirada en los patios traseros de esta tierra inundada por el progreso, por la represa que la sepultó. Asi su trabajo es ese proceso de rescate permanente. En Campinas, junto con este movimiento que se ha fortalecido, inició un importante trabajo de taller en el servicio de salud Cándido Ferreira, siendo así, los frutos estaban siendo revelados a lo largo de los años, los asistentes al estudio han ganado premios relevantes en el campo de las artes (Premio Günter, Mapa Cultural São Paulo, participación y premios en importantes bienales como Santos) Y es así, que ahora desarrolla talleres culturales.

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Recientemente, su trabajo como diseñador ha cobrado una nueva vida, actúa como ilustrador. Y aquí también su arte tiene su impronta de arqueología, de rescate, pero también es un espacio de renovación, mejora: comienza a incorporarse y desarrollarse en la monotipia. Este trabajo de ilustración ya se está desarrollando en muestra.